Crema fría de calabacín, apta para veganos, celiacos e intolerantes a la lactosa

Casi todos conocemos la tradicional crema de calabacín a la que se suele añadir nata o quesitos en porciones. Pero también podemos prepararla más ligera, sin lácteos y por tanto apta para intolerantes a la lactosa y veganos. Además, no contiene gluten, por lo que también es un buen primer plato para celíacos.

Crema fría de calabacín con rúcula y alcaparras

Ingredientes:


2 o 3 calabacines medianos
2 o 3 dientes de ajo
sal
un chorro de aceite de oliva virgen extra

Para decorar, según gustos:

cebollino fresco
alcaparras
rúcula picada

Preparación:

Si se desea, se pueden pelar los calabacines. Si se prefiere dejar la piel, lavar muy bien. Cortar en rodajas de 3cm de grosor, aproximadamente y colocar en la olla (puede ser a presión o una cazuela normal).

Añadir los dientes de ajo pelados y enteros, sazonar y regar con un buen chorro de aceite de oliva.
Cubrir con agua fría. Si se prepara en olla a presión, rápida o super-rápida poner algo menos de agua. Tapar y cocer a fuego medio hasta que los calabacines estén blanditos. En la olla rápida son unos 10 minutos, como mucho.

Dejar enfriar un poco y triturar con la batidora. Si hay mucha agua, quitar un poco y reservarla, por si después hay que añadir. Ese agua se puede guardar también para sopas o para añadir a otros purés o guisos.

En verano, guardar en la nevera y servir frío, con un poco de cebollino fresco cortado muy fino o alcaparras, rúcula, etc.

En invierno, servir muy caliente, con cebolla crujiente o picatostes (celiacos: ojo con el gluten).

Variante:

Si se quiere hacer que el plato sea más contundente, se puede añadir a la olla una cucharada de copos de avena, de los que venden para desayunos (sin gluten).

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