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El cebollino (Allium schoenoprasum), también conocido como ajo morisco o cebolla china, es una hierba de la familia de las aliáceas, como las cebollas, los ajos y los puerros. Es originario de las zonas del norte de lo que hoy es Siberia y Canadá, habiéndose introducido inicialmente su cultivo con fines culinarios en Europa. No se suele dar de forma espontánea, aunque hay una variedad silvestre, la A. schoenoprasum var. sibiricum, que es más alta y resistente.
En cocina se utilizan sus hojas cilíndricas, frescas o secas, para dar color y sabor a los platos; su sabor es parecido a la cebolla, algo más suave y suele utilizase en tortillas, sopas, ensaladas, carnes... Las flores también son comestibles: darán a nuestros platos una bonita nota color malva y el mismo sabor suave a cebolla.
El cebollino prefiere suelos fértiles y ligeramente arcillosos, agradece una ubicación soleada y resiste bien tanto las heladas como las altas temperaturas. La alicina que contiene ahuyenta plagas, así que es un buen aliado para combatirlas en nuestro huerto. Podemos asociar cebollino con zanahorias, apio, lechugas, guisantes y tomates: nos ayudarán con los pulgones y mejorarán el sabor.
Esa misma alicina es la que hace que el cebollino tenga propiedades antibacterianas y fungicidas. Además, es rico en vitaminas A, B y C.
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Gracias Mayte
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