La hierbabuena (Mentha spicata) es una aromática ampliamente utilizada tanto con fines medicinales, culinarios o en perfumería. Su aroma, fresco e intenso, evoca los tés morunos, los guisos andaluces, los taboulés del norte de África, las ensaladas griegas, el cordero inglés o los mojitos.
Además de su valor gastronómico, la infusión de hierbabuena es digestiva y puede reducir los gases o las inflamaciones hepáticas e incluso aliviar el mareo.
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| Flores y hojas de hierbabuena - © Mayte Sánchez Sempere 2022 |
En el bancal medicinal tenemos dos matas de hierbabuena que florece en esta época. A lo largo del año vamos podando y clareando para que tengan espacio para crecer y respirar, separamos las matas que se han extendido demasiado y vamos cosechando. Cuando llega el frío, nuestras hierbabuenas pierden las hojas, pero no hay que preocuparse: podamos las ramas secas y, con la llegada de la primavera volverán a brotar.
La mejor forma de reproducir la hierbabuena es por esquejes, cortando una ramita y poniéndola en agua hasta que eche raíces, o por división de matas. El mejor momento para esto último es en otoño, cuando la planta empieza a perder sus hojas y engrosa sus raíces, que durante el invierno formarán estolones para extenderse. Arrancaremos parte de la planta con sus raíces y la pondremos en una maceta, en una zona iluminada pero parcialmente sombreada. La mantendremos con una cierta humedad, sin pasarnos pero procurando que no se seque, sobre todo en épocas de calor. Es ideal para tenerla en la terraza, la ventana o incluso en un rincón bien iluminado de la cocina.
¡Y a disfrutar de nuestra hierbabuena!
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